Cada mañana cuando salía por la puerta ella se quedaba apoyada en el marco de la puerta observando como desaparecía escaleras abajo, es algo que él no sabía y que a ella le encantaba hacer.
Ver como se iba tan tranquilo y despreocupado le hacía sonreír como una quinceañera y empezar el día con buen humor.
Pero esa mañana lo supo, él se acercó, le dio un suave beso y atravesó la puerta, cuando llegó a las escaleras miró hacia atrás y ella entendió que no volvería a verle bajar las escaleras.
Las despedidas es algo impredecible, fortuito, lejos de nuestro alcance, unas veces tan necesario y otras tan poco apetecible e impredecible.
Nunca imaginó un final así, pero a decir verdad nunca vio venir ninguno de los finales que ha tenido.
Pero ella sabía que había llegado la hora de decir adiós a lo que nos sobra, a esas personas que ahogan tu garganta, que te quitan horas de sueño al otro lado del teléfono con el único fin de discutir.
A todas esas personas que son nuestra debilidad, un punto débil en una mala época, cuando cualquier hombro servía.
Alargar algo que no va a ninguna parte no tiene ningún sentido.
Así que se limitó a cerrar la puerta lentamente.
El dulce sabor de la libertad
"No se conformen, sigan buscando". Steve Jobs
Charlie Chaplin

domingo, 16 de marzo de 2014
martes, 19 de noviembre de 2013
domingo, 17 de noviembre de 2013
jueves, 14 de noviembre de 2013
La sabiduría de la no violencia

Para el mundo sólo será un titular y una escalofriante cifra de fallecidos, números en los que no nos paramos a pensar, nos parecen inmensos pero no profundizamos en lo que cada número significa.
Cada número significa una casa destrozada, una madre que jamás volverá a ver a su hijo entrar por la puerta de casa, un hermano o una hermana que no podrá disfrutar de su hermano, ni podrá compartir sus alegrías con él. Por no hablar de los tantos de mujeres y hombres que no podrán volver a abrazar a su pareja, ni volver a disfrutar de un amanecer juntos.
Incluso la cantidad de niños que crecerán sin un padre o una madre…. Ellos jamás lo entenderán, pero… ¿Quién lo entiende?
Quién entiende que por una falta de intereses comunes entre los presidentes de dos países, se entró en guerra y ese fue el fin de miles de vidas e infinitos sueños…
Los únicos que entienden la guerra son los grandes gobernantes, porque son quienes van a salir ilesos de ella.
Jaime Nubiola dice: “No se trata del petróleo, ni del dominio político militar, sino la necesidad humana de matar” pero creemos que va más allá, se trata de la necesidad humana de poder, ya que cuando uno consigue un poco aparece un ansía de más poder. Es justo allí donde se enfatiza el yo, desaparece el resto del mundo y empieza el problema. Deberíamos deshacernos del paradigma actual de la ley del más fuerte, de la explotación económica y de la guerra como el medio legítimo para resolver conflictos.
Está en nuestras manos cambiar el sistema empezando por nuestra forma de pensar, predicar la paz en el mundo parece una utopía, algo lejos de nuestro alcance.
Pero podemos aportar nuestro granito de arena eliminando los prejuicios y no discriminando por raza, estatus social, creencias religiosas o sexualidad.
Juan Pablo II es un buen ejemplo quien fomentó el Ecumenismo.
Lo principal es dejar de lado el individualismo y el rechazo a lo diferente.

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Nadie nace siendo intolerante. |
Creemos que la tolerancia es el primer paso hacia un mundo mejor.
domingo, 27 de octubre de 2013
“El gran amor no deshizo tu cama y te aburriste de la promiscuidad”. Joaquín Sabina
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¿Qué es lo que lleva a las personas a disfrutar del sexo sin compromiso? Algunos contestarían: placer; otros dirían: me sentía solo; igual alguien se atrevería a contestar que lo hizo por despecho... Realmente puede haber muchos motivos los que lleven a disfrutar "sexo sin compromiso".
Desde mi punto de vista debemos experimentar todo tipo de sensaciones y vivencias para poder saber si algo nos gusta o no. No creo que sea malo probar un poco de todo.

También creo que es necesario una gran madurez, sino desgraciadamente luego vendrán los arrepentimientos, y algo que ya se ha hecho no tiene solución, y esa búsqueda de placer irresponsable, sin pensar, habiéndote dejado llevar por impulsos, llevará a una horrible sensación de disgusto con nosotros mismos, y algo que en un principio nos iba a hacer sentir mejor, acabaría haciéndonos sentir terriblemente contrariados.
Desde luego no todo es sexo sin amor, también hay sexo con amor y reflexionando con una frase que leí de August von Kotzebue que dice: “Un instante de gozo del corazón, vale más que dos horas de gozo de los sentidos” me arriesgaría a afirmar, completamente segura que el sexo con amor es una acción que te puede llenar de satisfacción personal, de placer y de felicidad.
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martes, 15 de octubre de 2013
Paren el mundo que me bajo…
¿Puedo pedirte un favor?
Detente, deja de correr de un lado para otro, resoplando,
suspirando, quejándote, mascullando, poniendo mala cara al resto del mundo, ¿no
te das cuenta de que has dejado de sonreír?. Disfruta más de cada momento, de
cada persona que te cruzas, de cada tarea que realizas, sobre todo, deja de
murmurar en tono victimista lo estresada que estás por cada hora que pasa y
cada libro que cierras. Y valora mucho más las pequeñas cosas, disfruta del
placer de poder ir caminando a la Universidad …
Sí, sí…, tú, ….. la
que está mirando el móvil mientras “atiende en clase” contestando el correo de
su madre y con el grupo de whatsapp abierto decidiendo qué modelito lucir esta
noche.
¿Acaso piensas que eres la superwoman? ¿Estás haciendo algo bien
de todas las cosas que estás haciendo a la vez? Vale que seas mujer… pero… eres
humana y como dice Jaime Nubiola “los seres humanos no somos máquinas
multitarea”.

No te justifiques diciendo que todo el mundo ha dejado de ser
amable, qué más da si ha sido borde contigo, ¿siempre das lo que recibes? ¿Eso
es lo que te han enseñado?
Seguro que le descolocas si a su hostil y desaprensivo: “Tres
cincuenta” le contestas con un: “Gracias” y una bonita sonrisa, igual hasta le
hace gracia y mejoras su día. Como tantas veces me ha dicho mi padre: “Se gana
más con miel que con hiel” y las sonrisas son gratis. No nos debería costar
tanto sonreír y estar de buen humor.
Sigues replicándome respecto al tema de la sonrisa… ¡Ah! ¿Qué
eres tú la que tiene mal día?.... ¿y esa es razón para llevar esa cara de perro
a todas partes? A los 20 años… ¿tanto te cuesta reírte de algo que te sale mal
o no te ha salido como tú querías?
Bien, ahora atiende: “la felicidad solo depende de uno mismo”
no puedes depender de otras personas o de cómo te salen las cosas, siempre hay
días en los que algo sale mal, pero y ¿todas las cosas que te han salido bien
antes de ese desafortunado tropiezo? Y sobre todo, como dice una canción de
Fito y Fitipaldis “No ves que siempre vas detrás cuando persigues al destino”
no intentes controlar todo, es algo imposible y se gasta demasiada energía.
Ahora sé sincera… si te hubiese preguntado antes cómo sería
para ti vivir en paz… ¿qué me hubieses
contestado? Seguro que hubieses dejado volar tu imaginación y me hubieras dicho
que para ti vivir en paz sería vivir en un pueblo tranquilo, o cerca de la
playa, en un lugar donde no tuvieses preocupaciones y lejos de toda
responsabilidad, lejos de grandes tumultos de gente… Pero… ¿aguantarías mucho
tiempo? No lo creo… Somos seres humanos y por lo tanto “debemos” vivir en
sociedad, esto nos puede resultar a veces costoso. Por eso podemos hacer
nuestro día a día más llevadero si lo que hacemos lo hacemos con buen humor,
siendo amables con los demás y pensando siempre en positivo.
Evadirse no es la solución para vivir en paz… solo hay que hacer
caso al consejo que Jaime Nubiola nos brinda: “El antídoto inteligente contra
la crispación es siempre el buen humor.” Y estoy segura de que notaremos grandes
mejoras en nuestra vida cotidiana.
martes, 1 de octubre de 2013
La gente joven
Este ensayo trata de la gente joven, es decir, de mí y de la mayoría de gente que me rodea y conozco. Si me paro a pensar sobre la gente joven me vienen a la mente multitud de virtudes, pero también muchos defectos.
Considero la etapa en la que nos encontramos una época de cambios en la que estamos un poco perdidos. Vivimos entre la etapa de la infancia y la edad adulta. La infancia la acabamos de dejar atrás y ha supuesto, para la mayoría de nosotros, una etapa llena de inocencia, libre de responsabilidades y preocupaciones, mientras que la nueva etapa que nos espera por delante está llena de responsabilidades y de importantes decisiones por tomar.
Intentamos tener ideas propias pero tenemos un miedo atroz al fracaso o a equivocarnos, lo que nos impide tener el valor suficiente para decir en alto nuestras propias ideas, aunque no las digamos en alto, las tenemos, o eso quiero pensar. También, este miedo irracional nos frena muchas veces y nos quita iniciativa, pero por mucho que nos digan que "no pasa nada por equivocarse" no te das cuenta hasta que experimentas por ti mismo que tras un error, lo mejor que se puede hacer es aprender de ello y volver a intentarlo.
De este miedo al fracaso deriva la falta de compromiso a la hora de realizar tareas. Le pregunté a una amiga si creía que esto era verdad y su respuesta fue: "Claro que sí, yo no hago muchas cosas porque siempre lo ha hecho mi madre y sé que no lo voy a saber hacer, aunque todavía no lo he intentado". Desde mi punto de vista no tenemos la suficiente confianza en nosotros mismos como para creer que podemos hacer bien las cosas.
En el entorno juvenil existe una gran falta de compromiso respecto a los demás, nos cuesta creer que algo es para toda la vida. No podemos buscar un culpable, somos todos nosotros los que provocamos esta situación. Tenemos que tomar muchas decisiones y egoístamente no queremos que nuestras decisiones dependan de otra persona, estamos demasiado preocupados en nuestro futuro, al menos en mi caso, y por eso nos da tanto miedo llegar a querer. También, por otro lado, está el temor al sufrimiento, llegar a querer y no ser correspondidos.
Muchas veces esa falta de compromiso genera una sensación de vacío y una necesidad de buscar como denomina Jaime Nubiola en el libro "ternura sin compromiso que conducirá a una terrible soledad". Vivir con la actitud de que algo no es para toda la vida nos hace buscar y disfrutar de cosas sin compromiso, creando así una falsa protección contra el sufrimiento que nos produce que algo se acabe o salga mal.
Esta sensación de soledad es la consecuencia que hace que busquemos diversión, saliendo de fiesta, viendo series, leyendo libros que solo dejan nuestra mente en blanco para evadirnos y dejar de pensar en todas las cosas que nos preocupan.
Otro punto tratado en el libro con el que me he sentido identificada y al leerlo me ha hecho reír, se trata de: "El estudiante y la gestión del tiempo". Cada año al comenzar las clases en la universidad nuestro objetivo es aprovechar el tiempo y ponernos las pilas desde el principio y sin embargo, todo son excusas para salir y divertirnos. Paradójicamente alargamos estas excusas hasta que nos vemos con el agua al cuello. Cuando ya muchas de las asignaturas no tienen remedio y nos empezamos a hundir con todo el equipo. Esto ha pasado en primer y segundo año, espero que dos años hayan sido suficiente escarmiento.

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